lunes, 16 de abril de 2012

Las cañas se vuelven lanzas "Canes change into spears"

Frase proverbial para expresar que algunas veces las cosas que empiezan por un juego se hacen serias y graves.
This common phrase is used to express that sometimes affairs which begin as a game become serious and severe.

Se suele aplicar esta frase hecha para definir los bruscos cambios en las relaciones humanas que llevan a los que eran amigos a ser víctimas de una súbita animadversión, aludiendo en ocasiones no solo a las relaciones entre personas, sino también entre diferentes entidades, colectivos, países, etc., que pasan de ser colaboradores, e incluso aliados, a ser enemigos.


La frase está tomada de un romance que aparece en las Guerras civiles de Granada (1595), obra de Ginés Pérez de Hita (1544-1619), en la que, entre otras muchas historias, se narra la del amor de Lindaraxa, cuyo mirador todavía hoy puede ser visto en la Alhambra, y el poderoso Garzul, una pasión medrada además con el trasfondo de las luchas políticas entre los abencerrajes y los cegríes que dirimían su hegemonía en el reino de Granada. Cuando Garzul va a las fiestas de Gelves para jugar a las cañas, Lindaraxa, celosa de Zayda, con quien competía por el amor de él, y creyendo que su amado no le es fiel, le maldice deseándole que las cañas que le arrojen sus enemigos se vuelvan lanzas:


"Si en la guerra te sucede
como mi pecho desea
y el tuyo falso merece,
no volverás a San Lúcar,
tan ufano como sueles,
a los ojos que te adoran,
y a los que más te aborrecen.
Y plegue Alá que en las cañas
los enemigos que tienes
te tiren secretas lanzas
porque mueras como mientes."


Jardín de Lindaraxa (Alhambra)


El juego de cañas era muy popular en los siglos XVI y XVII. Era una antigua competición semideportiva a caballo, a modo de las justas o torneos de los caballeros cristianos, en que las distintas cuadrillas de jinetes participantes se arrojaban, como si fueran lanzas, cañas inofensivas. También se soltaban toros para ser alanceados desde los caballos.


miércoles, 11 de abril de 2012

"Ir con la sonda en la mano"

Cuando utilizamos dicha expresión estamos dando por supuesto que consideramos muy despacio lo que  hacemos, procediendo con examen y madurez. 

Very slowly considering what it does, and proceed with examination and maturity.

Este modismo alude a la antigua práctica marinera de, al navegar por aguas peligrosas (generalmente por su escasa profundidad o por la existencia de arrecifes o escollos), tender por la borda una sonda o cabo con un peso de plomo en su extremo que permitiera conocer en todo momento el calado o profundidad del fondo marino y si había algún peligro de que la nave embarrancase. Con la sonda se medía la profundidad en brazas (1,6718 metros), según indicaban los nudos previamente hechos en el cabo. Desde la invención del sonar, prácticamente ha desaparecido este uso marinero, aunque no el modismo que lo recuerda.



Se hace referencia de la misma, en el Quijote: "Digo... que en todo cuanto vuesa merced dice va con pie de plomo y, como suele decirse, con la sonda en la mano" (Comp. Quijote, II, xxxii) y en el Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián (1647): "hay grandes bajíos hoy en el trato humano; conviene ir siempre calando sonda".
José Gella Iturriaga la compila en su Refranero del mar (Madrid, 1944): "navegar con la sonda en la mano" en parajes peligrosos.




miércoles, 4 de abril de 2012

"A diario una manzana, es cosa sana" "An apple a day, keeps the doctor away"


Si comemos sano, preservamos nuestra salud. Eating healthy food keeps you healthy.

A Pembrokeshire proverb said: "Eat an apple on going to bed, And you'll keep the doctor from earning his bread," (Notes and Queries, 1866).
In 1913, Elizabeth Wright recorded a Devonian dialect version and also first known record of the version we use now:
"Ait a happle avore gwain to bed, An' you'll make the doctor beg his bread; or as the more popular version runs: An apple a day Keeps the doctor away."
Apples, if you don’t throw away the peel, have a good claim to promote health. They contain Vitamin C, which aid the immune system and phenols, which reduce cholesterol. They also reduce tooth decay by cleaning one's teeth and killing off bacteria. It has also been suggested by researchers that the quercetin found in apples protects brain cells against neuro-degenerative disorders like Alzheimer's Disease. 

The Ursolic acid, an interesting natural compound of apple peels, keeps cholesterol and blood sugar under control and benefits from building muscle.


Este dicho tiene su origen en Inglaterra, y se ha popularizado también entre nosotros. Parece ser que los científicos encontraron que la pectina y los polifenoles que contienen las manzanas ayudan a proteger la salud cardiovascular reduciendo los niveles del llamado colesterol malo y de otros compuestos dañinos en la sangre. Además, el consumo de estas frutas también parece ayudar a reducir el peso corporal, y los niveles de hidroperóxido y proteína C reactiva, ambos marcadores de inflamación.
El ácido ursónico, encontrado en la piel de la manzana, podría ser utilizado como tratamiento para la atrofia muscular, una enfermedad que provoca la disminución de la masa muscular,y podría también ser útil para tratar trastornos metabólicos como la diabetes.

lunes, 2 de abril de 2012

"Aquí hay gato encerrado"


La expresión quiere decir que, como explicación de algún hecho, existe una razón oculta o secreta que no se nos quiere desvelar. 


En la segunda acepción de la palabra GATO, en el Diccionario de la Lengua Española (RAE), se lee: "bolso o talego en que se guardaba el dinero", y en su tercera: "dinero que se guardaba en él". El origen de esta expresión data del Siglo de Oro español, cuando era costumbre guardar el dinero en bolsas hechas con piel de gato, a las que se llamaba de forma popular "gatos". Incluso, a los avaros, se les llamaba "atagatos"(hoy en desuso). Esas bolsas, a su vez, se escondían cuidadosamente, de aquí el origen de la expresión. Es reseñable y curioso el hecho de que en esa época a los ladrones se les llamase también "gatos", por ser, precisamente, una de sus ocupaciones robar dichas bolsas.

Pablos, el Buscón de Quevedo (1580-1645), nos cuenta en el capítulo segundo: «Otro decía que a mi padre le habían llevado a su casa para que la limpiara de ratones, por llamarle gato. Unos me decían ¡zape! cuando pasaba y otros ¡miz!».